La importancia de enseñar habilidades emocionales
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- Publicado el 13 Julio 2014
Dentro del marco de la Jornada pedagógica 2014 que organizó FUNDADES y bajo el tema “El aprendizaje social y emocional: Habilidades para la vida” reunió docentes de varias instituciones de Lima, para hablar de la importancia que tiene el docente como agente de desarrollo en las habilidades de sus alumnos y de su rol como formadores integrales en torno a la realidad de los niños, niñas y adolescentes de hoy.
En la jornada presenté el tema de los pilares básicos que se debe dominar para tener una buena Inteligencia emocional.
El docente debe educar, de forma transversal, en inteligencia emocional como eje vertebrador de una buena educación y como un aspecto imprescindible para tener un buen rendimiento en el aprendizaje.
En este artículo presentamos los pilares fundamentales para la adquisición de una buena inteligencia emocional, competencia básica para ser exitosos en la vida.
LOS CINCO PRICIPIOS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
La autoconsciencia, el control de los sentimientos, la motivación, la empatía y las habilidades sociales constituyen cinco herramientas fundamentales para enfrentarse al desafió de vivir desde los parámetros de la inteligencia emocional.
- AUTOCONSCIENCIA
Es la habilidad de saber lo que uno mismo siente y utilizar el sentido intuitivo para tomar decisiones con las que uno pueda vivir feliz.
Para adquirir esta habilidad es necesario adquirir las competencias de conciencia emocional, autoevaluación y autoconfianza.
- CONTROL DE LAS EMOCIONES
Es la habilidad de controlar los impulsos, sosegar la propia ansiedad, sentir una ira apropiada. Un sentido de autodominio, de poder resistir a las tormentas emocionales.
El objetivo no es suprimir las emociones. Lo que hace falta es una emoción apropiada, sentimientos que son proporcionales a las circunstancias.
Mantener bajo control las emociones perturbadoras es la clave del bienestar emocional, los sentimientos perturbadores que llegan a ser demasiado intensos o que duran demasiado tiempo socavan nuestra estabilidad.
Todo, desde leer una novela o mirar la televisión hasta las actividades recreativas y los compañeros y compañeras que elegimos, pueden ser maneras de hacernos sentir mejor. El arte de sosegarnos es una de las herramientas psíquicas más básicas.
- MOTIVACIÓN
La motivación es la capacidad de mantener el ánimo, perseverancia y optimismo frente a la adversidad.
En la medida en que estamos motivados ante lo que hacemos por sentimientos de entusiasmo y placer -o incluso por un grado óptimo de ansiedad-, estos sentimientos nos propulsan hacia la realización. La regulación de los estados de ánimo de modo que faciliten en vez de estorbar el pensamiento, el motivarnos a nosotros mismos para seguir intentando una vez y otra frente a los reveses, hablan a favor del poder de unas emociones bien canalizadas.
- EMPATIA
Habilidad de captar y responder a los sentimientos expresados de forma no verbal. La preocupación por los demás se deriva de la capacidad de empatía.
La capacidad de percibir cómo se siente otra persona nos hace competentes socialmente.
La clave para intuir los sentimientos de los demás consiste en la capacidad de leer los canales no verbales; el tono de voz, los gestos, la expresión facial, etc Cuando las palabras están en desacuerdo con alguno de estos canales, la verdad emocional se halla el cómo se dice algo y no en qué se dice.
- HABILIDADES SOCIALES
Las habilidades sociales son el control eficaz de las reacciones emocionales de los demás, interacción fluida, control efectivo de las relaciones.
Manejar las emociones de los demás -el arte de relacionarse- requiere la madurez de otras dos habilidades emocionales; la empatía y el autocontrol.
Con esta base, sabemos que las “habilidades de relación” se aprenden. Las deficiencias de estas habilidades dan lugar a la ineptitud en el mundo social o a repetidos desastres.
La falta de ellas puede ser la causa de personas incapaces de tener buenas relaciones sociales y/o personales, de ahí la importancia de enseñarlas y aprenderlas.
Estas habilidades permiten que una persona dé forma a un encuentro social, que movilice e inspire a los demás, que prospere en las relaciones íntimas y que haga que los demás se sientan a gusto.
